Capítulo 06.
—Por favor, Junseo. Deja de llorar.
Jiyu no había podido cuidar a su hijo por lo que tuvo que llevarlo a su turno en el bar. Como siempre que pasaban estas situaciones, Jun tenía su "habitación" personal.
La mayoría de la veces el niño se comportaba a la perfección, no lloraba o hacía una rabieta. Hoy era diferente, su pequeño había estado sintiéndose mal durante los dos últimos días y solo lloraba, lloraba y lloraba.
—Mami, me duele mucho —frotó sus manitos en su barriguita.
—Lo sé, mi amor, aún así necesito que te comportes —se acercó para darle un beso en la mejilla.
—Pero me duele, mamá.
—Mañana mami te va a llevar al doctor, ¿si? Estoy trabajando, cariño y si no nos portamos bien Seonghwa se va a enojar, ¿quieres que el tío se enoje?
—Está bien, perdón por molestarte —sopló un poco su nariz y pasó sus manos por sus mejillas.
—Gracias, bebé, te amo.
—Te amo.
Jimin salió y frotó sus ojos, mostrando claramente un gran nivel de estrés. No estaba enojado con Junseo, no podría enojarse con él por tener dolor de estómago, estaba enojado consigo mismo; por ser tan malo como para no llevarlo al doctor antes, ¡es que no había tenido tiempo! El trabajo en el bar sumado a las horas extras que tomó en la biblioteca central lo estaban torturando. Sin embargo, haría todo para que su hijo tuviera un plato de comida.
Sintió una mano tocar su espalda y se dio vuelta asustado, pensando que era algún cliente infortunado.
Se relajó cuando unos ojos azules chocaron con los suyos. Su omega revoloteó en su interior.
—Hola —saludó Jimin.
—Hey, ¿por qué tan frustrado?
—Solo un mal día, nada importante —caminó hasta el borde de la barra y dejó un beso en la mejilla de Jungkook—. ¿Qué haces aquí?
—Tenía una reunión.
—No hay ninguna mesa reservada en VIP.
—Bueno, en ese caso, supongo que solo vine a verte a ti.
Jimin clavó sus ojos en el alfa, no quería sonreír, era completamente ridículo sonreír por que alguien decía que quería verte, era simplemente idiota y...
Oh.
Estaba sonriendo.
Mierda, ¡Jimin, no eres un adolescente!
Seonghwa se acercó a ellos, palmeó el hombro de Jungkook en un gesto amistoso y se profundizaron en una charla la cual Jimin no tenía una idea ya que tuvo que ir a preparar tragos. Bueno, eso fue hasta que un fuerte ruido se escuchó en la parte de atrás, Seonghwa y Jungkook se alertaron al instante.
—Déjenmelo a mi —susurró Jimin hacia ellos y luego girando la cabeza hacia los clientes, regalando una sonrisa falsa.
—¿Qué fue eso? —preguntó Jungkook al momento que escuchó otro ruido.
Seonghwa fue por atrás de Jimin y suplantó su lugar en la barra, empujándolo con discreción para que vaya a calmar el escándalo que estaba formando su hijo. Él rápidamente dirigió sus pasos hacia la habitación y sintió unas pisadas fuertes tras él, sabía que era Jungkook.
Abrió la puerta y se encontró con la imagen de Junseo sentando en el suelo con una pequeña pelota en sus manos y, claro, una mini biblioteca derrumbada a su lado.
—Junseo, ¿qué hiciste? —Jimin casi gritó.
—Hola, mami —sacudió su manita—. Hola, Junkuk.
—Hola, pequeño —habló el alfa mientras sonreía.
—Mi pelu-pelotita se había ido arriba de eso —balbuceó mientras señalaba el mueble tirado—. ¡Pero la recuperé!
—Hijo, no puedes hacer tanto escándalo —suspiró—. Seonghwa está muy enojado contigo y mamá también, solo tenías que quedarte quieto.
—Mi pelota, mami.
—Lo sé, sé que perdiste tu pelota pero no era necesario hacer eso para recuperarla.
Jungkook apoyó su mano en el hombro de Jimin dándolo vuelta, quedando frente a frente. Le entregó una sonrisa reconfortante.
—Ve y sigue trabajando, yo me encargo de limpiar esto y me quedo aquí con Junseo.
—Jungkook, yo no puedo pedirte eso, él es mi responsabilidad.
—No me pediste nada, cielo.
—Jungkook.
—Vete, puedo manejar a un niño —sonrió—. Es un ángel, tranquilo. Además estás a diez pasos, si te necesito te busco.
Jimin miró sobre el hombro del alfa, Junseo estaba jugando con sus deditos mientras estaba parado al lado del mueble. Asintió con su cabeza y se giró para volver a su puesto de trabajo.
Jungkook se dio vuelta y vio al niño tratando —y fallando— de levantar el mueble, con lágrimas acumuladas en sus ojitos y sus mejillas de un leve tono rosado.
—Hermoso, no pasa nada, mira —levantó la biblioteca y comenzó a acomodar las cosas en ellas—. Ya está, no hay problema.
—Mi mamá no me quiere más —largó las lagrimas que estaba reteniendo.
—Oh, no digas eso, tu mamá te ama.
—Está muy enojado.
—No está enojado, pequeño, está estresado pero no es contra ti, ¿bien? Nadie se podría enojar con un niño tan tierno como tú.
—¿Me puedes dar un abrazo, por favor?
Junseo agachó su cabeza en el momento de realizar la pregunta, con su pie izquierdo aplastó su pie derecho en una clara señal de nerviosismo. El cual desapareció complemente cuando el ojiazul rodeó el pequeño torso de Junseo con sus brazos. El omega descansó su cabeza en el hombro de Jungkook y rio en el momento que el alfa hizo algunas cosquillas en su cuello.
—Creo que es hora de que duermas un poco.
—No quiero —hizo un puchero.
—¿Estás seguro de que no quieres? —comenzó a hacer cosquillas sobre la panza de Junseo.
—Bien, bien —dijo aún riendo—. ¡Voy a dormir, Junkuk!
—Así me gusta.
Alzó el cuerpo del niño, haciendo que enrede sus piernas en su cintura y siguiera descansando su rostro en su hombro. Lo bajó en una cama que había en uno de los rincones del lugar, él se sentó a un lado y sonrió amplio en el momento que Junseo comenzó a hacer mimitos en su cabeza.
—Tu cabello es muy suave, ¿mañana puedo hacerte trenzas?
—Claro que puedes, ángel.
—No, yo me llamo Junseo —Jungkook rió.
—Es una forma de decir, es como amor o bebé.
—Oh, me gusta.
Jungkook vio el momento en el que el omega cerró sus ojos para poder dormir. Trató de levantarse pero no pudo porque una pequeña mano estaba enganchada en la suya. Dejó un beso en la frente de Junseo quien apretó más sus manos juntas.
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Jimin terminó su turno dos horas y media después. Se quitó el uniforme lo más rápido que pudo para poder dirigirse a buscar a su hijo.
Caminó rápido por el pasillo hasta llegar a la puerta de color gris. Al abrirla su respiración quedo enganchada en su garganta, Jungkook estaba sentando en un sillón individual al lado de la cama con su mano agarrando la de su hijo, el cual estaba durmiendo en la cama.
Al momento que sus miradas se cruzaron ambos sonrieron. Jungkook asintió un poco con su cabeza antes de levantarse y, casi sin esfuerzo, levantar el cuerpo del omega menor. Lo envolvió en sus brazos a sabiendas de que afuera hacía mucho frío y su cuerpo no estaba acostumbrado. Jimin agarró sus mochilas y esperó a Jungkook para poder cerrar la puerta del lugar con llave.
El brazo derecho de Jungkook sostenía a Junseo y con su mano izquierda sujetaba la espalda de Jimin. Su alfa estaba tan feliz, muy feliz.
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